ESTA A DISPOSICION DE QUIEN LA NECESITE
Llegó a Pinamar una silla especial para discapacitados
Es para que las personas con movilidad reducida puedan ir al mar.
Por: Gisele Sousa Dias
Fuente: PINAMAR ENVIADA ESPECIAL
Fuente: PINAMAR ENVIADA ESPECIAL
UN DIA MUY ESPERADO. MARIA DEL PILAR, EN EL MAR, CON LA NUEVA SILLA.
Apenas nació, María del Pilar se enamoró del mar. Cuando era bebé, su papá la entraba en brazos y actuaba como prolongación de su cuerpo. Empezó a crecer pero ese amor no se apagó: con su mirada azul profundo y la sonrisa intacta, María del Pilar arrastraba su cuerpo de nena por la arena para llegar desde la carpa al mar. Después de semejante paciencia, una pizca de la historia ha comenzado a cambiar. Desde Italia, acaba de llegar por primera vez a Pinamar una silla de ruedas anfibia para que las personas con movilidad reducida puedan pasear por la playa y meterse al mar, como cualquier otra.María del Pilar Tenorio Núñez tiene 12 años y parálisis de los miembros inferiores. Ahora pasea por las playas del parador Perico en la nueva silla anfibia que, a simple vista, parece una reposera con ruedas: está hecha de caño, lona, tiene un cinturón de seguridad de belcro, está bañada en pintura anticorrosiva y tiene dos gomas flotadoras. La silla está a disposición de quien la necesite en el puesto de Seguridad en Playas, a pocos metros del muelle.
Apenas la profundidad lo permite, María del Pilar se lanza y se desliza como una pececito entre las olas. Las personas que tienen discapacidades más graves entran al mar de espaldas, ayudados por Ismael Funes, jefe de Seguridad en Playas o alguno de los guardavidas.
María del Pilar nunca dejó de meterse al mar. Sus padres atravesaban la playa con la fuerza que se precisa para arrastrar una silla de ruedas por la arena. "Cuando Pilar dejó de ser bebé empezamos a ir a hoteles con pileta. No queríamos que ella se arrastrara y aún hoy las playas no tienen caminitos para llegar hasta el mar. Pero volvimos porque pensábamos 'si a todos nos gusta la playa, ¿Por qué tenemos que dejar de venir?', cuenta María Eugenia Alais, su mamá, una médica de 43 años. "Pilar nada muy bien, pero cuando salía del mar le sangraban las rodillas porque se lastimaba con la conchilla y se llenaba de arena. Con la silla se mete y sale impecable. Ahora, por primera vez podemos salir a pasear por la orilla", cuenta. Y no es poca cosa, se ve en su cara.
Si bien los cambios son lentos, empezaron a asomar. La discoteca Ku, este verano, inauguró una rampa de 83 metros de largo por 3 metros de ancho. Tiene una luz cada 1,5 metros y cuatro extintores a 1,5 de altura para poder ser usados por cualquiera. Las rampas tienen cintas antideslizantes y adentro, se construyeron dos baños de 2 x 3 metros para personas discapacitadas. Para que a bailar también puedan ir todos.